¿Necesito
adelgazar?
En realidad, es una
pregunta previa que nos debemos hacer a nosotros mismos, y no al centro, ya que
su respuesta es absolutamente previsible. Si bien hay casos muy evidentes, tanto
en sentido afirmativo como negativo, muchas veces la respuesta es algo muy
personal, ya que va ligada a cuestiones como el grado de aceptación de nosotros
mismos o la importancia que le demos a la estética, entre otras.
Sin embargo, a veces el
criterio del médico de cabecera (o, mejor, el especialista) puede y debe ser
determinante, ya que cuenta con datos (análisis, historial médico...) que pueden
decidir por sí mismos por razones de salud. Adicionalmente, podemos recurrir a
un criterio objetivo, aunque no determinante, a la hora de ponderar si tenemos o
no sobrepeso y debemos adelgazar: el IMC o Índice de Masa Corporal.
Si bien la mayoría de
nuestros lectores es probable que lo conozcan, es bueno recordar aquí que el IMC
se obtiene dividiendo el peso en kilos por la altura en metros al cuadrado. Por
ejemplo, una persona que pese 80 kilos y mida 1,75 metros tendrá un IMC de
80/(1,75x1,75)=26,12. Es importante conocer el significado real del índice: de
18,5 a 25 es peso normal; de 25 a 27, sobrepeso grado I; de 27 a 30, sobrepeso
grado II y por encima de 30 es obesidad, en sus diversos grados.
1) ¿Tiene el
centro de adelgazamiento personal con la formación adecuada?
Esta pregunta es muy
importante, y sólo uno de cada cuatro centros visitados cumplía la condición de
ser atendidos por un endocrino, dietista o nutricionista. Es evidente que el
tema de la nutrición es muy complejo, y dejarlo en manos de alguien sin los
conocimientos adecuados puede ser ineficaz y, lo que es peor,
peligroso.
a partir del estudio de Consumer sobre centros de adelgazamiento