Comer con conciencia
La pérdida de peso después de la cirugía asi como en el inicio de nuestra nueva dieta postoperatoria, hacen que nuestro entusiasmo y motivación sean elevados y que nuestra capacidad para elegir los alimentos "correctos" y aplicar los limites adecuados sean suficiente aliciente para que "controlemos" con relativa facilidad. En presencia de una amplia gama de alimentos que podemos ingerir después de la Cirugía, debemos saber elegir lo que debe o no se debe comer. Pero a medida que podamos permitimos comer los alimentos que nos gustan, y que además, pueden habernos estado prohibidos durante muchos años de dietas "yo-yo", esto puede que nos haga perder una parte importante del mecanismo de control que funcionó tan bien inicialmente. Con ese primer bocado fuera de lo estipulado estamos comenzando a comer demasiado. Hay que ser consciente de que el principal objetivo es ser capaz de comer y disfrutar de un alimento que nos gusta, pero sin excesos... ¿Cómo podemos lograr esta difícil tarea?
Comer con conciencia.
La solución es aprender a comer con conciencia. ¿De qué estamos tratando de ser conscientes ? Uno de los aspectos de comer con la conciencia es elegir los alimentos que tienen el potencial para satisfacernos en este momento. Por ejemplo, a veces estamos con un estado de ánimo que hace que nos apetezca un alimento cremoso, dulce y frío. Los alimentos tienen una variedad de sabores y texturas que crean diferentes sensaciones en nuestras bocas y estómagos. Para determinar qué alimentos satisfacen, es útil considerar las diferentes propiedades que tienen los propios alimentos. Podemos aprender a identificar y clasificar estas propiedades y determinar qué tipo de satisfacción estamos buscando en un momento determinado.
¿Cuáles son algunas de las propiedades de los diferentes alimentos?
Hay comidas saladas, por ejemplo, las anchoas, las sardinas y el salmón ahumado. Hay alimentos dulces, como la gelatina, el sirope de arce y la batata. Hay alimentos amargos, por ejemplo, el agua de quinina. Hay alimentos agrios, como los limones y la leche agria. Hay alimentos picantes, por ejemplo, los chiles jalapeños. Hay alimentos blandos como el arroz y las galletas sin sal. Hay alimentos cremosos, como la leche, el yogur y los helados. Existen alimentos crujientes, como las zanahorias, los pretzels duros (http://es.wikipedia.org/wiki/Brezel) y las manzanas. Hay alimentos voluminosos, por ejemplo, los cereales y el pan.
Imaginar los sabores y las texturas nos puede ayudar en la representación de la comida que requerimos para comer en un momento dado. Identificar el momento justo en que quedamos satisfechos es fundamental para poder dejar de comer antes de cometer exesos.
¿Cómo podemos aprender la habilidad de comer con la conciencia?
Si logramos aprender a prestar atención cuando comemos los alimentos que anhelamos, podemos aumentar el placer y la satisfacción, y del mismo modo, disminuir o controlar las cantidades.
Pruebe este ejercicio de sensibilización con los alimentos para aprender a evitar excesos. Este mecanismo de sensibilización se puede aplicar al comer cualquier alimento, pero para facilitar el aprendizaje sugerimos el chocolate. No obstante, puede utilizar un trozo pequeño de un alimento cualquiera que realmente disfrute, en caso de que no pueda comer chocolate o no sea lo que mas te guste. Toma un bocado pequeño de tu comida favorita, el tamaño de un Hershey Kiss (besito de chocolate) es una buena cantidad (http://www.hersheys.com/kisses/).
Examínalo, verifica el color, la textura, la forma. Analízalo con los ojos. Tócalo y míralo desde todos los lados y ángulos.
¿Qué sensaciones, pensamientos, sentimientos llegan a tu mente al examinar este alimento? Piensa en el momento en tu vida cuando por primera vez probaste esta agradable comida.
¿Qué te gusta de ella?
¿Dónde obtienes satisfacción al comer, en la boca o el estómago?
¿Cuándo sueles comer este alimento?
¿Qué es lo que suelen decirte cuando comes este alimento?
Huélelo... ¿Cual es el aroma de este alimento?
¿Se trata de un olor agradable?
Lámelo varias veces y, a continuación, pon un pedazo de el en la boca. Dejalo reposar sobre tu lengua con la boca cerrada. Asi como se encuentra tal vez comience a derretirse en la boca, chupa el sabor y deja que se deslice por tu garganta.
Ahora comprobemos si tenemos en la boca un postgusto.
Explora tu boca con tu lengua para deleitarte con cualquier sensación remanente.
Cierra los ojos y reflexiona sobre cómo toda la satisfacción puede estar en solo una pequeña mordedura.
Toma otro bocado centra la misma cuidadosa atención en la comida que haz elegido, crea tu propia guía para disfrutar y aprovechar al máximo el placer que tienes a tu disposición de comer este alimento con la toma de conciencia de lo que estás haciendo.
Te daras cuenta como sin tomar grandes cantidades de alimento puedes experimentar un alto nivel de satisfacción y disfrute. Siempre tenemos el ansia de un alimento procedente de un deseo interior y creemos que para satisfacer ese deseo o ansiedad necesitamos comer una gran cantidad de ese alimento, cuando en realidad una pequeña cantidad nos calma la ansiedad y satisface el deseo. De hecho, en cada bocado que hemos probado hemos disfrutado el verdadero placer del sabor y la textura del alimento, lo cual nos ha aumentado la satisfacción. Si podemos aprender a prestar atención a cómo se encuentra el disfrute al comer un alimento que anhelamos, podemos aumentar el placer y la satisfacción y podremos disminuir la cantidad. Elegir los alimentos que realmente quieres comer sobre la base de los sabores y texturas que deseamos en este momento, y después, comer con conciencia, nos permitirá lograr mayor satisfacción con menos alimentos.
Robert Brandt, PhD, psicólogo y entrenador, experto reconocido a nivel nacional sobre la adicción a la comida y co-fundador del exitoso programa de pérdida de peso FACE (http://www.faceweightloss.com/)
Afortunadamente yo sigo manteniéndome "igualitico" que la semana pasada... a pesar de que estuve en Lisboa, capital que se caracteriza por el "buen yantar"... con lo cual les confesaré que tentaciones no me faltaron, por lo que un poco (o bastante) tuve que "aplicar" lo aprendido en el artículo anterior, lo cual me permitió disfrutar de todo lo que me apetecía de una manera "sensata"... os lo recomiendo.
Así siguen estando las cosas de Doña Zanahoria:
¿Unas fotitos del Casco Antiguo de Lisboa?... bueno... ¿por qué no?