¡¡¡Felicidades a todos!!!
Época de "desmadre nutricional justificado" (somos víctimas de las costumbres... y encima, nos gustan...) ¿qué le vamos a hacer?... llegaron las cenas y comidas con todo tipo de justificaciones: la de la empresa... la de los amigos, la de los amigos de los amigos, la de los amigos de los amigos de los amigos... la de la familia... la de la familia de la familia... la de los amigos de la familia... en fin... y además de esto, lo convencional es servir comidorras de escándalo calórico (y lo buenas que están) muy ricas en todo tipo de componente nocivo... así es la vida... y para más inri, en cantidad super-extra-mega-exagerada... y mira que cada año nos proponemos "que para el que viene hay que cocinar menos para que no sobre tanta comida, porque luego hay que estar una semana para comernos las sobras"...
Y como muestra un botón... que una imagen vale más que mil palabras (aunque sea una frase hecha)... esto que veréis más abajo es real... son los dulces navideños servidos para 6 personas, después de haberse puesto en la mesa lo siguiente (se me puede escapar algún plato... eran muchos...)
Como entrantes, jamón de jabugo (del bueno), queso manchego con nueces, morcilla matachana (típica de León) preparada en platos individuales sobre un lecho de puré de patatas y manzana, langostinos de Huelva (king size, es decir, extragrandes) a un mínimo de dos por comensal, bajo amenaza de la anfitriona, ensalada tipo escalibada modificada con patatas, bacalao, tomate, pimiento asado y una vinagreta de módena, micuit de foie grass con pan de pasas para acompañar, quiché de puerros y bacon (ni tocarlo) y alguna otra cosa de la que ya ni me acuerdo (que estoy muy mayor...), luego de segundo un besugo al horno con patatas a lo pobre que para mi fue la "estrella" de la noche... de tercero, que para mi fue "simbólico", un capón de cascajales con puré de manzana y castañas (¿para desgrasar?)... de postre, primero frutas... (aunque lo correcto es tomar la fruta de aperitivo) y más adelante una tarta casera de chocolate y trufas, flan de huevo para el que estuviera muy lleno... helado de vainilla y caramelo... y el cava para brindar (porque un "magnum" de Enate tinto del Somontano y una botella de Protos reserva del 2004 ya habían "caido")... posteriormente los cafés acompañados de orujo en 4 de sus variantes (blanco, de yerbas, tostado y con miel) y como colofón, estas tres discretas bandejitas de la foto prometida:
Por todo lo anterior... y porque somos víctimas de las costumbres... he decidido recesar mis pesadas y mis comentarios sobre las mismas hasta después de Reyes... y que sea lo que Dios quiera... (de todas maneras nos queda todo el 2010 por delante para adelgazar lo que engordemos, que las Navidades hay que disfrutarlas...).
Y cambiando de tercio (que ya hemos comido bastante más que lo suficiente)... de regreso a casa el día de Navidad se me ocurrió sacarme la siguiente foto, en el mismo sitio donde lo hice justo hace un año, las Navidades pasadas (ver post del 27 diciembre 2008)... ¿como comparación?
Sin comentario... hacía un frio que pelaba... ¿se me nota en la cara?... No obstante, mis mejores deseos para todos vosotros en el nuevo 2010 que se avecina... mucha salud, amor y dinerillo... y a bajar esos kilitos de más que nos hemos propuesto...Y para no variar... un articulito de los de costumbre...
Baja autoestima, aislamiento y tristeza, rasgos comunes en algunos obesos
Última actualización de la noticia: 13/06/2007
Última actualización de la noticia: 13/06/2007
Según Peñas, el culto al cuerpo imperante en la actualidad influye en la concepción que algunas personas obesas tienen de sí mismas. De sentirse insatisfecho con la propia imagen se puede pasar a una estado permanente de tristeza y de aquí desembocar en el enclaustramiento doméstico. Un aislamiento social que, en los casos más agudos, puede degenerar en una relación de dependencia basada en el "tú me aceptas y yo dependo de ti".
Imma Peñas defiende la labor del psicólogo porque ayuda a los pacientes a reducir los niveles de ansiedad. Muchos obesos establecen una relación con la comida no fundamentada únicamente en el hambre, sino también en el placer. En determinados casos de gran sobrepeso, se ingieren alimentos en grandes cantidades por razones de "ansia, aburrimiento o gula.