Mi Evolución... desde el principio hasta el día de hoy:
Reglette regime

miércoles, 2 de julio de 2008

Crónica de una gastrectomía tubular anunciada II...

A la hora indicada estaba llegando al Hospital para el Ingreso... aquello, más que el Departamento de Admisión de un Hospital, parecía la Recepción de un Hotel, los trámites fueron cortos y cómodos y la habitación, confortable para mi y mi acompañante, en la tercera planta, con teléfono directo, aire acondicionado (imprescindible en Valencia en estas fechas), radio, televisión digital y un gran ventanal, de pared a pared, con una agradable vista a los jardines... ah... y muchos timbres para llamar a las enfermeras.
Todo fue muy rápido... vertiginoso... no más entrar en la habitación una enfermera me manda a ponerme el pijama, acto seguido entra otra y me mide la tensión, el pulso, la temperatura, otra más entra con un par de medias anti-trombosis que me indica debo poner hasta las ingles... a modo de liguero (me negué a dejar constancia gráfica)... una cuarta aparece con un tranquilizante que me "embute" sin excusa ni pretexto, pese a que no me sentía "intranquilo" ni nervioso... acto seguido el afeitador principal del reino, "espuma y guillete en ristre" aparece dispuesto para las "rasuraciones" pero marcha defraudado al percatarse de que ya esta tarea yo la había adelantado en casa con "cremita depilatoria" (menos abrasiva) para evitar estropicios y cortes "dadaistas" imprevistos en mi vello corporal...
Es a posteriori que aparece el anestesista, al cual no conocía, y que de momento, antes de su presentación, me asusta por su "pinta" de cura en busca de mi "extremaución"... y finalmente, mi Cirujano y su ayudante, dándome una vez más los pormenores de la intervención y preguntándome si necesitaba aclarar alguna duda.
A continuación los celadores, que me llevan, cama incluida, a quirófano, me trasladan a la mesa de operaciones donde el anestesista me dice... "sentirás un pinchazo, voy a cojerte la vía" y al instante una de las enfermeras que me dice "ahora te dormirás"...
Eran las 4 de la tarde... cinco horas después, gracias a mi anestesista, que estuvo más de una hora conmigo controlando la reanimación para evitar que me metieran en la UCI, me regresan directamente a la habitación con este aspecto...

Odio los "tubos"... y mira con cuántos me han premiado... dos que van a la "vía", el del suero y el del calmante, la sonda nasogástrica... tres, la sonda urinaria... cuatro, y el drenaje que sale directamente de mi tripa y que no se ve... cinco. Pero bueno, no todo son desventajas, ellos se encargaban de todo... de mi hambre y mi sed, de evitarme dolor, de limpiarme por dentro mi nuevo "estomaguito", de hacer "pis" y de limpiarme mi tripa de secreciones... entonces... ¿de qué me quejo?... aquello era un chollo, sólo tenía que preocuparme de descansar... o más bien, de "dormir la mona" por la borrachera que tenía como consecuencia de la anestesia. ¿Y qué creen que hice?... pues ni más ni menos... ¡eso!