2) ¿Obtienen la
información adecuada acerca de nosotros y nuestro problema?
Parece increíble, pero la
respuesta fue negativa en una gran parte de los establecimientos (3 de cada 4),
hasta el punto de ser el segundo aspecto peor valorado. Antes de empezar su
trabajo, el profesional debe conocer nuestro estado físico (tensión, análisis de
sangre, historia clínica...) y realizar una completa exploración física que
incluya, además de los datos anteriores, una medición de peso, talla,
perímetros, cantidad de grasa y localización de esta, entre otros.
Pero, además, debe
indagar acerca de si tomamos medicamentos (cuestión clave para ver posibles
efectos secundarios en interacción con el tratamiento), nuestras preferencias
alimenticias, nivel de actividad física, si nos aqueja algún problema que nos
genere estrés, estilo de vida, consumo de alcohol o tabaco y, en general,
cualquier otro factor que pueda ser importante a la hora de establecer un
tratamiento. En este sentido, es también importante conocer otros tratamientos
anteriores de pérdida de peso y sus resultados.
3) ¿Se basan en
productos "estrella", o en una dieta adecuada?
Este es, quizá, el
aspecto más crítico de todos, y aquel en el que peor valoración han obtenido los
centros estudiados por Consumer. La mitad de los establecimientos basaban su
dieta únicamente en tomar un producto "estrella". Sin entrar en la valoración de
cada producto concreto, cualquier experto estará de acuerdo en que es una
estrategia inadecuada. Y la sospecha que nos acosa es que su dispensación esté
basada más en conseguir unos ingresos extra que en la idoneidad del
producto.
Todo tratamiento debe
estar basado en una dieta equilibrada, personalizada y sana, que incluya todos
los nutrientes necesarios, además de practicar una actividad física adecuada a
la situación del paciente. Y todo ello, mantenido en el tiempo. Sólo en algunos
casos el profesional podrá indicar medicación u otras medidas, como tratamientos
con ciertos aparatos. Pero siempre como apoyo o complemento a lo
anterior.
Por el contrario, el
producto "estrella" no enseña hábitos alimenticios correctos ni sirve para
mantener a largo plazo la reducción lograda de peso, en el caso de que ayude a
conseguirla. Y, además, puede llevar a peligrosas carencias
nutricionales.
Artículo elaborado por Adelgazar.Net en julio de 2011,
a partir del estudio de Consumer sobre centros de adelgazamiento